Más evidencias del cambio climático. Ahora, la sequía.

Más evidencias del cambio climático. Ahora, la sequía.

Si nada cambia durante los próximos días, la previsión meteorológica no augura noticias positivas al respecto, el 1 de Febrero se declarará el escenario de emergencia por sequía en Cataluña ya que es cuando se prevé que la reservas de agua bajen del 16%.  A día, 16 de Enero de 2024, los embalses se encuentran solo al 16,23% de su capacidad.  

Hace pocos días, la agencia meteorológica de Cataluña confirmó que en 2023, el déficit de precipitaciones de 2022 y 2021 se mantuvo. El año pasado, tres cuartes partes de la comunidad autónoma registraron menos del 70% de la precipitación habitual. Casi todo el territorio ha sufrido anomalías negativas en precipitaciones en referencia a la media climática 1991-2020.

¿Qué consecuencias llevará entrar en el escenario de emergencia? Se suprime el riego agrícola con solo algunas excepciones, el consumo para usos industriales se reduce un 25%, se prohíbe el llenado de piscinas y el uso de agua para riego de jardines y zonas verdes. El consumo por habitante se reduce de 200 litros por persona y día a 160 litros. Todas estas medidas se aplican con el objetivo de garantizar la disponibilidad de agua para consumo humano.

La poca disponibilidad de agua y sus restricciones derivadas, están teniendo ya repercusiones económicas. Por ejemplo, en el sistema Ter-Llobregat la factura aumentará un 30%. Con poca agua en los embalses, la calidad del agua empeora y  el sistema de potabilización es mas complejo. A medida que disminuye la reserva de los embalses, la actividad de las desaladoras aumenta, se generan más emisiones y residuos. Con el aumento de restricciones, más payeses ven cesada su actividad, y por lo tanto hay que compensar sus pérdidas. Todas estas derivadas son las que incluyen el aumento de precio del agua, que seguirá en aumento durante los próximos años.

Con el aumento de precio, las inversiones en eficiencia hídrica tienen cada vez un retorno más atractivo. Si antes un sistema de reutilización de aguas de un hotel de 400 habitaciones tenía un retorno de 10 años, ahora lo tendría de poco más de 7. En real estate las estrategias para reducir el consumo de agua varían mucho en función del tipo de activo y su uso. Mas allá de las medidas de eficiencia, encontramos las medidas de monitorización con clones digitales, la reutilización de grises, pluviales e incluso negras o la creación de comunidades de agua donde varios edificios comparten infraestructura de reutilización. Desde Cushman & Wakefield, llevamos tiempo asesorando sobre las mejores prácticas en consumo de agua. Somos pioneros en desarrollo e implementación de un software que nos sirve para evaluar el consumo de agua y todas las medidas de eficiencia aplicable en cada caso.

Todo este contexto nos exigirá un cambio de hábitos a todos los niveles. A nivel individual hay que ahorrar agua en casa, también se pueden escoger alimentos y bebidas elaborados con menos agua. A nivel de empresa, será necesario tomar decisiones más valientes y pensar en todas las derivadas que tiene la ineficiencia del consumo, desde más costes operativos, incumplimiento de normativo hasta restricciones de actividad. A la hora de realiza estos esfuerzos, es importante tener en cuenta que los payeses llevan ya meses haciendo esfuerzos enormes, algunos de ellos incluso renunciando a sus proyectos familiares e incluso sueños.

 

Miquel Estelrich

Sustainability Senior Consultant

Cushman & Wakefield

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